Cuando una relación
termina, tenemos la manía de querer olvidar todo de golpe. Lo
borramos todo: su facebook, su número de teléfono, tiramos sus
regalos y quemamos sus cartas.
Borramos recuerdos físicos,
pero ¿y los que llevamos dentro? ¿De verdad creemos que borrándolo
todo, vamos a olvidar a esa persona? Dentro nuestro se quedan
millones de historias, que recordaremos cada vez que alguien pase por
nuestro lado y lleve su perfume, cada vez que escuchemos la que era
nuestra canción, y cada vez que veamos esa película que tanto nos
gustaba a los dos.
Queremos que nuestro corazón
sane rápido, nos embarcamos en relaciones que no tienen futuro e
intentamos llenar ese vacío intentando encontrar a alguien que nos
haga sentir lo mismo. Pero eso no va a suceder. Almenos no tan
rápido.
Lo hacemos sin ser
conscientes de que nuestro corazón, como todo, necesita un proceso
de recuperación. Pero nosotros nos empeñamos en hacernos más daño,
en querer volver a sufrir en un futuro no muy lejano. Porque, tarde o
temprano, todo vuelve. Y después de mucho tiempo, cuando piensas que
ya has vuelto a encontrar a alguien especial, debe de ser jodido que
te pongan enfrente a esa persona del pasado, sentir un escalofrío
por todo tu cuerpo y ver que todavía no la has olvidado.
Es por eso que es necesario
cerrar la historia. No anclarnos a un pasado que ya no está en
nuestro presente, ni nos deja avanzar a nuestro futuro. A lo mejor no
tenemos fuerzas para hacerlo en un primer momento, pero sí cuando
hayan pasado algunos días. Intentamos evitar este momento a toda
costa, sólo queremos que pase el tiempo y no cruzarnos con esa
persona para no sufrir más. Pero la vida no funciona así. Es
necesario cerrar el círculo, hablar con esa persona y no dejar
ningún cabo suelto. Debemos decir todo lo que creamos que es
necesario, soltar todo lo que llevamos dentro. Y sí, también
llorar, es una parte más del proceso.
Debemos sacar todo lo que llevamos dentro y luego ya, con el tiempo,
podremos ir sanando la herida poco a poco.
El pasado siempre vuelve en
algún momento u otro de nuestra vida, y es mejor cerrar las
historias a tiempo. Así, cuando vuelva, lo hará en forma de
recuerdos bonitos, y no de dolor y sufrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario